Se utiliza frecuentemente para referirse al sujeto que manda o está al frente de un grupo de personas. El origen de esta expresión se remonta al siglo XVI, cuando el bacalao salado comenzó a adquirir una relevancia comercial en nuestro país, especialmente en Cataluña y el País Vasco. Este pescado vino a sustituir en los hogares españoles a la merluza secada al aire, que empezó a escasear y a ser prohibitiva para las clases más desfavorecidas.